¿Sabías que no todos los diamantes provienen de las profundidades de la Tierra? Hoy en día, existen dos tipos principales: los diamantes creados en laboratorio y los diamantes naturales, ambos visualmente idénticos pero con características únicas que los diferencian.
Si estás pensando en comprar una joya, como un anillo de compromiso, o simplemente tienes curiosidad, te contamos todo lo que necesitas saber sobre la diferencia entre diamantes creados y naturales. ¡Sigue leyendo para resolver todas tus dudas!
¿Qué son los Diamantes Naturales?
Los diamantes naturales se forman bajo condiciones extremas de presión y temperatura en el interior de la Tierra durante miles de millones de años. Posteriormente, son extraídos mediante procesos mineros. Su origen geológico los convierte en un tesoro único de la naturaleza.
¿Qué son los diamantes creados?
Por otro lado, los diamantes creados en laboratorio, también conocidos como diamantes sintéticos, son desarrollados por el ser humano en entornos controlados que imitan las mismas condiciones de formación que los diamantes naturales. Aunque su creación solo toma unas semanas, su composición química, óptica y física es prácticamente idéntica a la de los diamantes naturales.
Principales diferencias entre diamantes creados y naturales
Aunque a simple vista son prácticamente iguales, existen algunas diferencias clave entre ambos tipos de diamantes que pueden influir en tu elección:
1. Origen
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Los diamantes naturales se forman de manera natural en el subsuelo terrestre, lo que los convierte en gemas con millones de años de historia.
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Los diamantes creados en laboratorio son fabricados por el hombre mediante tecnologías avanzadas, como la deposición de vapor químico (CVD) o el método de alta presión y alta temperatura (HPHT).
2. Impacto medioambiental
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Los diamantes creados son más sostenibles, ya que su fabricación tiene un menor impacto ambiental comparado con la minería de diamantes naturales.
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La extracción de diamantes naturales, aunque regulada, puede generar efectos negativos en el entorno si no se realiza de forma responsable.
3. Precio
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Los diamantes creados suelen ser más económicos, con un ahorro de hasta un 30-40% respecto a los naturales, debido a la ausencia de costos asociados a la minería y la exclusividad de su origen.
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Los diamantes naturales tienen un precio más elevado, ya que su valor incluye su rareza y la antigüedad de su formación.
4. Exclusividad y valor a largo plazo
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Los diamantes naturales son únicos e irrepetibles, lo que puede aumentar su valor con el tiempo.
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Los diamantes creados, aunque igual de hermosos, no poseen la misma exclusividad ni tienden a valorarse como una inversión a largo plazo.
¿Cómo identificar un diamante creado de uno natural?
Incluso para un experto, diferenciar entre un diamante natural y uno creado a simple vista es prácticamente imposible. Sin embargo, con herramientas avanzadas de laboratorio y certificados gemológicos, es posible identificar su origen. Por eso, es fundamental adquirir cualquier diamante con un certificado que garantice su autenticidad y procedencia.
¿Cuál elegir?
La elección entre un diamante creado y uno natural depende de tus prioridades. Si buscas una opción más económica y sostenible, los diamantes creados en laboratorio son ideales. Si, en cambio, valoras la rareza y exclusividad, un diamante natural puede ser la mejor opción para ti.
Preguntas frecuentes
1. ¿Los diamantes creados son menos duraderos que los naturales? No. Ambos tipos tienen la misma dureza y resistencia, ya que su composición es idéntica.
2. ¿Puedo encontrar diamantes creados en cualquier tamaño o forma? Sí, los diamantes creados pueden fabricarse en una amplia variedad de tamaños, formas y quilates.
3. ¿Los diamantes creados son falsos? No. Aunque se producen en laboratorio, los diamantes creados no son imitaciones como el circonio cúbico. Son gemas reales con las mismas propiedades que los diamantes naturales.
Ahora que conoces la diferencia entre diamantes creados y naturales, puedes tomar una decisión informada al elegir el tipo de gema que mejor se adapte a tus necesidades y valores. Ambos tienen su propia belleza y encanto, pero la clave está en saber qué priorizas: la sostenibilidad, el presupuesto o la exclusividad.
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