Imagina este momento: por fin tienes ese anillo que tanto te gusta o que te han regalado con todo el cariño del mundo… pero al ponértelo, se te resbala del dedo. Demasiado grande. No quieres dejar de usarlo, pero tampoco quieres perderlo.
¿Y ahora qué? La buena noticia es que ajustar un anillo tiene solución, y en este artículo te explico cómo hacerlo sin complicaciones.
Lo primero: no lo dejes pasar
Un anillo que queda suelto puede caerse en cualquier momento, sin que te des cuenta. Y si se trata de un modelo especial o tiene valor sentimental, perderlo sería una pena. Por eso, lo más importante es actuar cuanto antes. Cuanto menos tiempo pase, más fácil será encontrar una solución adecuada.
Opciones para ajustar un anillo
La forma de reducir el tamaño de un anillo depende de varios factores: el tipo de material, el diseño, si tiene piedras o grabados… A continuación, te muestro las formas más comunes de ajustar anillos de forma segura.
Ajuste profesional en joyería
La opción más segura y duradera es llevar el anillo a una joyería especializada. Allí pueden hacerlo de dos formas:
- Reduciendo el aro: se corta una pequeña parte y se vuelve a soldar. Esta opción es perfecta si el anillo es sencillo y no tiene piedras en la parte inferior.
- Colocando una barra interna: si no se puede cortar por su diseño, se puede añadir una pequeña banda metálica por dentro para hacerlo más estrecho. Esta técnica es muy usada en anillos con grabados o engastes delicados.
Ambos métodos mantienen la estética original y permiten seguir usando la joya sin preocupaciones.
Soluciones temporales en casa
Si necesitas una solución rápida y momentánea, hay formas caseras de ajustar un anillo sin modificarlo:
- Silicona ajustable: existen fundas de silicona transparente que se colocan en la parte interior del aro. Son cómodas, económicas y fáciles de quitar.
- Anillos reductores de plástico: se venden en kits y vienen con distintas medidas. Solo tienes que colocarlos en el interior del anillo hasta que se ajuste a tu dedo.
Eso sí, estas soluciones no son para siempre. Son útiles mientras decides si hacer un ajuste permanente, pero no sustituyen el trabajo de un profesional.
¿Y si es un regalo?
Si el anillo ha sido un regalo sorpresa y no sabes si ajustarlo directamente, puedes usar una solución temporal y llevarlo luego a una joyería con discreción.
En FINA GARCÍA entendemos que los anillos no solo son joyas, también son recuerdos. Por eso, siempre recomendamos asegurarte de que te queden perfectos, para que los disfrutes con total seguridad.
No dejes que un anillo grande se quede en el joyero. Ajustar un anillo es más fácil de lo que parece y puede devolverle todo su valor, tanto estético como emocional. Elige la solución que mejor se adapte a ti y sigue luciendo esa joya tan especial como se merece. Porque un anillo bonito… también debe quedarte perfecto.